A lo largo de sus más de tres siglos de historia, este edificio ha sido uno de los referentes obligados de la ciudad.
Fue en 1658 cuando el Arzobispo de Granada, Don Antonio de Argaiz, clérigo presbítero vecino de la ciudad de Arnedo, con la ayuda de su hermano, decidió su construcción.
El edificio es plenamente renacentista y presenta las peculiaridades de la arquitectura de la región, en la que la escasez de piedra para sillares y la tradición árabe hacen que sea el ladrillo el elemento empleado habitualmente.
En un principio esta construcción fue disfrutada por los Señores de Gamarra, iniciando posteriormente un rocambolesco periplo entre destinos y usos: Sede de las Oficinas del Juez Subdelegado del Catastro, Cárcel, Juzgado de la ciudad, dependencias municipales…
Es a partir de mediados de los 80 cuando se decide su rehabilitación como Casa de la Cultura de Arnedo